viernes, 4 de julio de 2014

Nuestra Historia: Con el pan debajo del brazo- Primera parte

Esta nuestra primera entrada de nuestro blog, en la cual nos gustaría contar parte nuestra historia, donde hemos ido con el pan debajo del brazo entrando en los hogares de las familias desde hace 66 años.

Hace 70 años, en una pequeña aldea Carnoedo, perteneciente a Sada, se casaron Rogelio y Josefa, él nativo de allí y ella de la aldea colindante Mondego. Ambos tenían sus profesiones, él era marinero y ella labradora, sin embargo decidieron emprender en una misma profesión juntos y hacer lo que sabían, que era trabajar con sus manos. Había una panadería, situada en O Seixo, que se alquilaba y ellos decidieron alquilarla. A los dos años la compraron. Y dos años más tarde se trasladaron a unos metros más adelante en el centro de la aldea, donde a día de hoy está situada, ya que las antigüas instalaciones estaban muy viejas.
 Todo lo elaboraban a mano, incluso cultivaban maíz y el trigo lo pasaban por el viejo molino (que todavía conservamos y que os mostraremos en otra entrada de nuestro blog) y hacían bizcochadas donde la gente traía los huevos de su casa. Se peneiraba la harina como en la imagen de arriba y se utilizaba la mejor materia prima para la elaboración del pan. Y se pesaba como en la imagen inferior, calculando los pesos.
 Atendían el despacho y poco a poco fueron por las casas repartiendo el pan a pie, con la cesta en la cabeza, tanto por Carnoedo como por los pueblos colindantes, entrando en los hogares de los vecinos con el pan debajo del brazo. Luego repartían a caballo y Josefa iba dos veces por semana a A Coruña a venderle pan a una señora a la Plaza de Lugo.
Con los años y abriéndose mercado introdujeron su primera amasadora, abajo en la imagen una como esa fue la que ellos tuvieron, elaboraban empanadas y la larpeira, o como ellos la llamaban Torta de Roscón. De la larpeira decir que Rogelio fue maestro de maestros ya que enseñó a muchos panaderos vecinos su elaboración. Hasta que llegaron los coches y Rogelio se sacó el carnet para poder llegar a más casas. Criaron cuatro hijos enseñándolos a trabajar en su profesión y dándoles sus estudios básicos.

El tercero Manuel fue el que continuó con el negocio que os contaremos en la segunda parte.

Ellos hicieron de su trabajo su forma de vida, amándolo y cuidándolo, entrando en los hogares de las familias, con su particular pan debajo del brazo, personas que fueron avanzando con los tiempos, a pesar del duro trabajo de la noche, que partieron de la nada y que con su esfuerzo y sacrificio llegaron muy lejos. Donde palabras como humildad y honestidad provienen de ellos, enseñándole a los suyos su forma de vida y ese es el mayor legado que nos han podido dejar, EL CONOCIMIENTO de la elaboración de nuestros productos. Conservarlo es nuestra misión.

En agradecimiento a nuestros abuelos, Rogelio y Josefa.